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VOZ PARA EL VALLE.
EDUCACIÓN
El futuro de nuestra nación depende del trabajo que hagamos al criar y educar a nuestros hijos. Como ex maestra de escuela pública, he visto de primera mano cómo nuestras políticas federales de educación pública actuales no preparan adecuadamente a nuestros niños para la vida fuera del aula. La respuesta para arreglar las escuelas estadounidenses no debería provenir del gobierno federal, sino de las comunidades locales, las juntas escolares y los departamentos de educación estatales. No se puede abordar la educación con una filosofía única para todos. Es por eso que los esfuerzos federales como Que ningún niño se quede atrás y Common Core han hecho poco para cambiar nuestras escuelas públicas. El gobierno federal puede y debe proporcionar fondos para la educación, pero las decisiones sobre cómo utilizar esos fondos deben dejarse en manos de los gobiernos locales y estatales. Son estos gobiernos estatales y locales los que tienen una mejor comprensión de las necesidades educativas de sus estudiantes.
Además, las nuevas iniciativas federales como Critical Race Theory y el Proyecto 1619 patrocinado por el New York Times, no deberían ser impuestas a los gobiernos estatales y locales. El gobierno federal no debería estar en el negocio de adoctrinar a nuestros niños con un plan de estudios ideológico. Vincular la financiación federal a este tipo de planes de estudios está mal. El trabajo de un maestro es proporcionar a los estudiantes una amplia gama de información y opiniones diversas para que puedan desarrollar sus propias creencias y actitudes educadas. Las aulas deben promover y fomentar el pensamiento y el debate individual en lugar de sofocarlo.